«Basta de hipocresías: el problema no es el crimen organizado…es la injusticia… y esto es legítima defensa”.


Estamos hastiados de ver como se invierten a diario millones de dólares, en pretender bloquear el tráfico y consumo de drogas en el mundo. ¿ No es esto acaso una vulgar y pérfida hipocresía? Y si expresamos esto, es precisamente porque el mundo de la evasión vinculado a la subcultura subterránea de la drogadicción, es una consecuencia concreta, y hartamente demostrada de como el ser humano puede adentrarse en el mundo de la evasión, criminalidad y muerte, sólo como respuesta a una realidad que no es consecuente con las necesidades fundamentales, que están encarnadas en todo ser superior insertado en la historia.¿ Qué significado tiene esta reacción tan satanizada ,y considerada – no sin razón -, al margen de la ley ?….hay en esto algo que huele muy mal, porque el lucro casi inconmensurable que responde a esta realidad , ha manchado con seguridad a personajes importantes del mundo de la política, no sólo en países empobrecidos , sino principalmente en los desarrollados . Y esto es fácil de entender…una ambición enfermiza se ha apoderado de la conciencia colectiva, como respuesta no sólo a una pobreza y desigualdad democratizadas en sociedades adscritas a rangos de inferioridad históricamente determinadas; sino también como rasgo distintivo, de un materialismo acendrado y que se manifiesta por una sed insaciable de tener, más allá de los límites de la cordura. La reacción de un ser humano común y corriente, a esta concepción del mundo, ideológicamente marcada por esta asimetría deshumanizante y distorsionadora, ha mostrado – como es de esperar en estas circunstancias – , un nivel de violencia que es hasta ahora, sólo una pálida muestra de lo que podría ser, la explosión de la furia del Homo sapiens, frente a la injusticia y opresión que se han legitimado como sello de garantía del mundo moderno. Por tal razón, – y para los más exigentes – , hagamos uso de la metodología científica, y seamos honestos; no le mintamos más al mundo, y digamos con claridad, que si se están reclutando dentro del «ejército del mal», a muchos de los mejores exponentes de nuestra generación, es porque hay algo gravísimo en la estructura que define el «debe ser» del mundo moderno. La acumulación del poder económico, merced a una cosmovisión considerada exitosa, pero centrada de manera sospechosa en zonas específicas del planeta, o en grupos de poder determinados, es una aseveración que ya no funciona en la sociedad actual. En consecuencia ha desatado, una contrarrevolución ideológica y práxica, que desgraciadamente han creado caos, muerte y destrucción. ¿Pero no será esto, una guerra de modalidad diferente, como reacción sui generis, a un estado de cosas que ya rebasó los límites de la supervivencia? Lo anterior, es un reto no sólo a la comprensión intelectual, sino principalmente a la sensibilidad humana. Así, desde esta perspectiva, no es posible, absolver sin cuestionar, a nadie; y en tal sentido, es obligatorio entender que la maldad no surgirá jamás por generación espontánea. Por ello, deberemos de tener la audacia y honestidad para cuestionar, lo que tradicionalmente se ha definido como » el bien y el mal «; considerado equivocadamente como única salida para resolver toda infracción a la ley – ¿quien define y hace la ley? -. Sin embargo , hay algo que jamás es mencionado en este escenario : la pobreza, injusticia y desigualdad del mundo moderno, que en última instancia dinamizan y determinan cualquier nivel de rebelión .Por lo anterior, habría que revisar si estas manifestaciones coyunturales llamadas delincuencia organizada, son en verdad lo que tanto se ha pregonado en los medios de comunicación, como verdad incuestionable .Que paradójicamente no han creado más dolor , y derramado más sangre, que todas las guerras sospechosamente llamadas «juntas», acaecidas desde que el ser humano entró en la historia. Por ello, seamos desconfiados cuando se hablé de tráfico de drogas, de armas, trata de blancas, de esclavos, piratería, etc., etc.,…que no nos engañen. Vallamos a las causas, y cambiemos a un mundo, que se encuentra en crisis; rechacemos cualquier lógica mediática interesada y criminal, la cual sólo busca justificar el estatus quo, para que tú y yo, seamos – si no es que ya -, las próximas víctimas dentro de este experimento de exterminio, llamado sociedad moderna.